jueves, 13 de julio de 2017

Oslo

De Ålesund bajamos hasta Oslo y otra vez cogimos The Rauma Railway hasta Dombas, donde cogimos un tren directo a Oslo.


Llegamos por la noche, y de la estación fuimos al hostel: Anker Hostel. Está muy buen situado (muy cerca de la estación central), fue barato y usamos las sábanas que traíamos con nosotros. 
Por la mañana pusimos la lavadora (que ya hacía falta) y dejamos las mochilas en la estación central de Oslo (nos costó todo el dia 70nk).
Lo primero que hicimos fue ir a ver la Ópera. Es un edificio muy moderno y está metido dentro del fiordo de Oslo. Por cierto, todo Oslo está lleno de obras.

Ópera de Oslo

Dimos un paseo por la calle principal hasta el Palacio Real. Y de allí nos fuimos al supermercado a por la comida. Nos sentimos un poco miserables porque teníamos muchas ganas de comer caliente, pero en Noruega es tan caro que da dolor de corazón pagar 20 euros por una pizza.


Al fondo el Palacio Real

Los cementerios en los países escandinavos son bastante diferentes a los españoles. Primero, están en el medio de la ciudad, y segundo, la gente los utiliza como parques donde van a leer o a sentarse en un banco a pasar el rato. También son bastante más bonitos.
Nosotros fuimos al cementerio a visitar la tumba de Edvard Munch, el autor del famoso cuadro de El Grito.


Oslo tiene infinidad de edificios modernos.


Por la tarde decidimos subir a Holmenkollen, una montaña que está al lado de la ciudad. Es famosa por albergar el salto de esquí que se utilizó para diferentes Juegos Olimpicos de invierno. Verlo en persona da mucho respeto, no entiendo cómo sacan el valor para saltar desde allí, es increíble.




Desde Holmenkollen también se pueden disfrutar de las vistas de la ciudad de Oslo. Se llega en metro y al estar en la zona 1 cuesta 33 coronas noruegas y es válido durante una hora. A Holmenkollen se tardan unos 30 minutos desde la estación central.


Por último disfrutamos de Tjuvholmen, un barrio muy moderno y que tenía pinta de bastante caro. Nos dimos un paseo y tenía mucha vida, estaba lleno de restaurantes que daban al mar. Había hasta una pequeña playa.

Hannah,Enrico y de fondo el Museo de Arte Morderno
Oslo me ha gustado bastante, especialmente este último barrio que he mencionado. Es mi capital favorita de las que hemos estado. También merece la pena subir a Holmenkollen y ver cómo los noruegos practican rollinski.

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