jueves, 20 de julio de 2017

Conclusiones

Ya estamos en Dinamarca, el país del viento (es lo primero que notamos al volver).



En el último trayecto habíamos pensado en parar en Kristiansand, pero estábamos tan cansados y con tantas ganas de llegar a casa que los 45 minutos que teníamos para darnos un paseo por la ciudad los pasamos esperando al ferry. 

Os voy a escribir las conclusiones que he sacado una vez en casa y habiendo pensado lo que hemos hecho bien y lo que no.

EQUIPAJE:

La ropa ha sido suficiente, tenía un poco la sensación de que siempre me ponía lo mismo, pero con la disponibilidad de lavadora o un lavabo todo bien. Hablando de lavadoras, si cogéis un Airbnb aunque ponga que dispone de ello, preguntadle al dueño, porque nosotros contábamos con la lavadora en Trondheim y cuando llegamos allí, ¡sorpresa!, no había lavadora.
Y sinceramente, aunque lleves siempre lo mismo puesto, llevarías incluso menos, porque hay veces que los hostels o los apartamentos están a 10 minutos de la estación, pero otras son 40 minutos andando y te quieres morir por el camino.

TRENES NOCTURNOS:

Ahora pienso, nunca más en mi vida o al menos nunca más en un asiento. No sé cómo será reservando cama, pero seguramente mucho mejor que despertarse con los pies como morcillas.

COMIDAS:

Nos comimos todo lo que llevábamos en las mochilas, pero puedes prescindir de llevarla. Excepto cuando al día siguiente no tengas disponibilidad de ir a comprar porque llegas muy pronto al sitio o cuando llegas muy tarde. En ese caso es mejor llevarse lo justo para ese momento concreto. También está bien llevarse unos panchitos o algo para picar en el tren, son muchas horas.
Dependiendo del bolsillo de cada uno también, por ejemplo nosotros no disponíamos de un gran presupuesto y no hemos comido mucho fuera, pero si lo tuviese pasaría de estar comprando nada y preparando comidas. Pero si eres como nosotros, busca hostels con cocina porque te ahorras mucho mucho dinero y puedes comer caliente.

SÁBANAS EN LOS HOSTELS:

Solo no las incluyeron en el precio en las capitales (Oslo y Estocolmo). Si eres un poco listo y te preguntan que si tienes el juego completo de cama di que sí, al menos si solo te quedas una noche, nadie va a ir a mirar por la noche si son las sábanas que ellos quieren que pongas o estas del Decathlon que llevamos nosotros.

CIUDADES

Algunos sitios me gustaron más que otros, como es obvio, por ejemplo, las dos de Finlandia no repetiría. Noruega en general me ha encantado, los paisajes son una pasada. 
Voy a hacer el ránking de las ciudades ordenadas de las que más me ha gustado a la que menos:

1. Trondheim.
2. Ålesund.
3. Preikestolen.
4. Bergen.
5. Oslo.
6. Estocolmo.
7. Stavanger.
8. Helsinki.
9. Turku. 
Las dos últimas casi las podría poner en la misma altura.

Me arrepiento de no haber disfrutado más de la naturaleza en Noruega y haber hecho noche en Åndalsnes. The Rauma Railway es el tren que más he disfrutado, el paisaje era espectacular. El peor trayecto sin duda fue la noche entre Oslo y Bergen.

Los tiempos en los diferentes sitios han estado bien, si pasas más tiempo en cada uno nos lo hubiésemos tomado con más calma. Me hubiese gustado quedarme un poco más en Trondheim no porque me faltase algo que ver sino porque realmente me gustó mucho. 

Otra cosa que me gustaría comentar es que al despertarme por las mañanas no sabía dónde estaba, después de tantas camas en las que hemos estado, pero bueno, son unos segundos de confusión.

Haciendo una suma de todo, recomiendo mucho hacer el viaje en el interrail por estos países, no tanto Helsinki y Turku, pero quizá al norte de Finlandia haya cosas mucho más interesantes que visitar. Me ha gustado mucho y me encantaría volver a repetirla por otros países. A Noruega seguro que vuelvo pero en otro plan y tengo curiosidad por verlo en invierno. 

¡Gracias por leerme! 

PD. Puede que siga con el blog para hablar de otros viajes, ya veré cuando vuelva a casa.


martes, 18 de julio de 2017

Preikestolen

Cambiamos ciudad por naturaleza. 
Para ir al púlpito cogimos un ferry en Stavanger y después un autobús. El ferry tarda unos 40 minutos y cuesta 56nk (6€) cada viaje y el autobús también son unos 40 minutos y el precio de ida y vuelta son 200nk (21,43€). Sí, ir a Preikestolen es bastante caro, pero merece la pena.


El autobús te deja en la falda de la montaña y hay unas instalaciones con baños públicos (gratis). No me fijé si había restaurante pero había señal de que había un camping cerca.
La subida al Preikestolen no es difícil, han construido puentes cuando había ciénagas o alrededor de la roca en partes poco accesibles. También hay escaleras de piedra, pero hay que tener cuidado dónde se pone el pie porque te puedes romper un tobillo fácilmente. Se tardan unas dos horas, siempre dependiendo de tu forma física y de que no haya mucha gente en el camino.

Escaleras

Puente de las ciénagas

Puente en la pared de la montaña
El paisaje es maravilloso durante todo el camino. 


Pero, sin duda, lo mejor está cuando llegas al Preikestolen:

Preikestolen
Y las vistas desde ahí:




Tengo que decir que en las fotos se ve bonito, pero en la realidad es mil veces mejor. Además, da mucho respeto estar subido ahí y asomarse. Había gente que se arriesgaba mucho para hacerse la foto, pero sinceramente, prefiero tener una foto menos guay y poder contar que estuve ahí.

Foto sin arriesgarse

Locos de la vida

Precipicio
Para esta foto estaba tumbada en la roca y Enrico me cogía de las piernas, daba mucho mucho miedo. 

Con el tiempo no tuvimos la suerte de que estuviese despejado y con el solazo, pero al menos no nos llovió. 

Recomiendo enormemente visitar Preikestolen, peeero es un sitio muy turístico y está lleno de gente con la que te pelearás por sacarte una foto "solo".

domingo, 16 de julio de 2017

Stavanger

Llegamos casi al último punto de nuestro viaje: Stavanger. Para llegar hasta aquí desde Bergen cogimos un ferry.


Tuvimos un pequeño problema de logística porque no contamos con que el ferry nos dejaría a 18 km de Stavanger ciudad. Había un autobús que hacía el recorrido pero estaba lleno, así que preguntamos y tendríamos que andar unos 20 minutos hasta una parada del autobús público. Pero una vez puestos en camino un amable noruego bajó la ventanilla del coche y nos preguntó hacia dónde nos dirigíamos con la suerte de que le pillaba bien. Gracias señor noruego, aunque nunca llegues a leer esto (y menos entenderlo).

Ferry Bergen/Stavanger

Lo más destacable de Stavanger es una calle con un montón de casitas de madera de colores vivos donde hay un montón de bares y restaurantes.


Es una ciudad costera, y la parte antigua del puerto también tiene este tipo de casitas pero esta vez con colores menos llamativos.


Nos dimos un paseo largo por la ciudad hasta llegar a un parque con un lago muy grande pero tampoco es muy especial.


Otra cosa que me ha gustado de Stavanger es que tiene graffitis por toda la ciudad:























Sin embargo, lo mejor de Stavanger es hacia donde puedes llegar desde allí, pero eso os lo cuento e la próxima entrada. :)

viernes, 14 de julio de 2017

Bergen

"¡Qué buena idea, cojamos el tren nocturno para ahorrarnos una noche!", pensamos cuando estábamos planeando los horarios de los trenes. ERROR. Vaya noche, dormimos, pero mal. Además reservamos un asiento en vez de cama y a la mañana siguiente teníamos los pies tan hinchados que no nos cabían los zapatos.



Llegamos a Bergen a las 7 de la mañana, con lo cual tampoco dormimos muchas horas (el tren salía de Oslo a las 11pm). Tuvimos suerte con el hostel porque fueron muy amables al dejarnos ducharnos y usar la cocina antes de hacer el check in. El nombre del hostel es YMCA, es el que más barato nos ha salido (63,21€ los tres) y estaba bastante bien, muy cerca de la estación y del centro.

Casitas de madera

Bergen es una ciudad que parece sacada de un cuento. Tiene casitas de madera de diferentes colores dispuestas en filas y en estrechas calles que van subiendo poco a poco la montaña. Por lo tanto, tiene muchas cuestas, así que preparad calzado cómodo.




Comimos en el hostel y nos echamos una merecida siesta de un par de horas. Después fuimos a coger el funicular para subir a Ulriken, que es la montaña que está detrás de la ciudad.




Había bastante cola, pero también la vimos por la manaña y era aún peor. Hay dos opciones para comprar el billete: ida y vuelta (9,6€) o solo ida (4,8€) y bajar andando. Nosotros cogimos la segunda opción. En subir se tardan unos 5/10 minutos y las vistas son increíbles.


Bergen desde la cima

Anduvimos por la montaña y nos encontramos con los trolls, que forman parte del folcklore popular noruego. Había muchísimos tallados en los árboles.

Uno de los trolls
Según íbamos bajando el paisaje ofrecía imágenes de postal, además de que tuvimos bastante suerte con el tiempo y el sol se dejó ver durante la tarde.



Bergen es una ciudad que merece la pena visitar, pero no me esperaba que fuese tan turística. Había muchísimos españoles, tantos que iba por la calle y parecía que andaba por Madrid. Subir con el funicular también debe ser obligado si estás en la ciudad y darte un paseo por la montaña.




jueves, 13 de julio de 2017

Oslo

De Ålesund bajamos hasta Oslo y otra vez cogimos The Rauma Railway hasta Dombas, donde cogimos un tren directo a Oslo.


Llegamos por la noche, y de la estación fuimos al hostel: Anker Hostel. Está muy buen situado (muy cerca de la estación central), fue barato y usamos las sábanas que traíamos con nosotros. 
Por la mañana pusimos la lavadora (que ya hacía falta) y dejamos las mochilas en la estación central de Oslo (nos costó todo el dia 70nk).
Lo primero que hicimos fue ir a ver la Ópera. Es un edificio muy moderno y está metido dentro del fiordo de Oslo. Por cierto, todo Oslo está lleno de obras.

Ópera de Oslo

Dimos un paseo por la calle principal hasta el Palacio Real. Y de allí nos fuimos al supermercado a por la comida. Nos sentimos un poco miserables porque teníamos muchas ganas de comer caliente, pero en Noruega es tan caro que da dolor de corazón pagar 20 euros por una pizza.


Al fondo el Palacio Real

Los cementerios en los países escandinavos son bastante diferentes a los españoles. Primero, están en el medio de la ciudad, y segundo, la gente los utiliza como parques donde van a leer o a sentarse en un banco a pasar el rato. También son bastante más bonitos.
Nosotros fuimos al cementerio a visitar la tumba de Edvard Munch, el autor del famoso cuadro de El Grito.


Oslo tiene infinidad de edificios modernos.


Por la tarde decidimos subir a Holmenkollen, una montaña que está al lado de la ciudad. Es famosa por albergar el salto de esquí que se utilizó para diferentes Juegos Olimpicos de invierno. Verlo en persona da mucho respeto, no entiendo cómo sacan el valor para saltar desde allí, es increíble.




Desde Holmenkollen también se pueden disfrutar de las vistas de la ciudad de Oslo. Se llega en metro y al estar en la zona 1 cuesta 33 coronas noruegas y es válido durante una hora. A Holmenkollen se tardan unos 30 minutos desde la estación central.


Por último disfrutamos de Tjuvholmen, un barrio muy moderno y que tenía pinta de bastante caro. Nos dimos un paseo y tenía mucha vida, estaba lleno de restaurantes que daban al mar. Había hasta una pequeña playa.

Hannah,Enrico y de fondo el Museo de Arte Morderno
Oslo me ha gustado bastante, especialmente este último barrio que he mencionado. Es mi capital favorita de las que hemos estado. También merece la pena subir a Holmenkollen y ver cómo los noruegos practican rollinski.

miércoles, 12 de julio de 2017

Ålesund

Llegar a Ålesund tampoco fue muy fácil. Tuvimos que coger dos trenes y un autobús. 
El recorrido de uno de los trenes está más que recomendadísimo. Las vistas son espectaculares, en algunos momentos hasta se me saltaban las lágrimas (soy muy sensible).


El trayecto es de Dombas a Åndalsnes. Es una línea especial de tren que se llama The Rauma Railway.



Además, durante el recorrido van nombrando por megafonía (noruego, inglés y alemán) lo que estamos viendo del paisaje.
Es una pena que no nos hubiésemos quedado a pasar una noche en Åndalsnes y haber ido a andar por la montaña, así que si alguna persona está interesada en esta parte de Noruega debería planteárselo.

Estacion de Andalsnes

Las vistas desde el autobus que llevan desde Åndalsnes a Ålesund también son preciosas.


Ålesund es un pueblo muy bonito. Nuestro hostel ha sido el mejor por el momento (y el más caro, 35 euros la noche por persona). Es el Hi hostel y estaba en frente de la montaña Aksla que es famosa porque desde allí se tienen las mejores vistas de Ålesund.

Aksla vista desde abajo

Llegamos tarde y nos fuimos casi directamente a dormir. El hostel incluía el desayuno, que yo me imaginaba que sería un té con cuatro pastas y no, era un DESAYUNO. Bufet libre con un montón de cosas, yo me puse morada (me gusta mucho comer).
Lo primero que hicimos fue subir a la montaña para hacernos la foto con la ciudad y después bajamos para verla. 

Alesund desde el mirador

Las tiendas de subenirs son muy chulas y estan llenas de jerseis, abrigos, chaquetas y complementos para el invierno preciosos, buenos y carísimos.

Canal Alesund

Solo pasamos un día allí, pero fue suficiente. Una amiga me recomendó comprar en los supermercados Kiwi porque son los más baratos y aún así la compra fue bastante más cara en el resto de países que hemos visitado.
Ålesund también debería ser visita obligada.

martes, 11 de julio de 2017

Trondheim

Llegar a Trondheim no fue tarea fácil. 
1. Cogimos un ferry de Turku a Estocolmo: diez horas.
2. Dos horas esperando en la estación de Estocolmo.
3. Casi seis horas de Estocolmo a Ostersund.
4. Tres horas en Ostersund (Suecia).
5. Dos horas de Ostersund a Storlien (Suecia). En este tramo las vistas son bonitas.
6. Dos horas y media de autobus de Storlien a Tromdhein (Noruega). En este tramo las vistas son aún más bonitas.
Total: 26 horas y mucho correr.


Llegamos a Trondheim a las 9 de la noche. Esta vez teníamos un piso en Airbnb con un señor llamado Alex Bjorn que en su foto de perfil aparecía con traje y corbata pero cuando nos abrió la puerta parecía sacado de un concierto de heavy metal. El señor Alex Bjorn nos explicó con detalle cómo funcionaba su casa, incluso qué cuchillo era para el pan o la carne. También es un hombre de mundo, y en su piso tiene colgados cuadros con infinidad de billetes de diferentes paises y está adornada con motivos africanos. Muy curioso el señor Alex Bjorn.

Casa del señor Alex Bjorn muy desordenada

A la mañana siguiente fuimos a ver la ciudad. Primero paseamos por el puerto donde había restaurantes muy chic. Después fuimos a ver el sitio donde se saca la foto de la postal de Trondheim.



Más tarde vimos la catedral.















Luego cruzamos el puente para ver el Old Town. Os aconsejo que nunca nunca os compréis un yogurt helado en Seven Eleven, ha sido una de las malas experiencias de este viaje, y encima cara. El Old Town tiene una montaña desde donde se ve toda la ciudad.



Fuimos a comer a casa porque en Noruega los precios de los restaurantes son prohibitivos. Después de comer Hannah y yo nos fuimos a dar un paseo hacia el otro lado de la ciudad. Vimos el puerto y subimos un poco por otra montaña. También me gustaría añadir que en esta época del año apenas hay noche a esta altura de los países escandinavos.


El señor Alex Bjorn nos recomendó coger el tranvía (dato: es el tranvía que esta más al norte del mundo) para darnos una vuelta por los suburbios de la ciudad, que están en la montaña. Después de hacerlo también lo recomiendo, es un recorrido muy apacible y las casas que tiene la gente son muy bonitas. El ticket para el tranvía en Trondheim se compra en las máquinas de parking que están por la ciudad, cuesta 5 euros y es válido durante una hora y media. Fuimos a comer al Burger King y en Noruega el menú mediano del crispy chicken son 12 eurazos.

Hannah mirando desde el tranvia


Nos hizo un tiempo espectacular y le pediría algún ciudadano de Trondheim que me adopte porque no me importaría vivir allí. Estoy totalmente enamorada de esta ciudad.